Historia

El origen del Instituto Parroquial Jesús de la Buena Esperanza se remonta al año 1958, en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario con el párroco de ese entonces, Presbítero Carlos Gustavo Pérez Mejía, cuando nace la idea de su fundación. El 3 de abril de 1959, bajo la dirección del mismo párroco, inicia labores con 207 educandos y siete educadores.
En sus diferentes épocas de existencia el Instituto ha tenido hechos de gran importancia como la creación del bachillerato comercial en 1961 y la del bachillerato nocturno; los cuales, desaparecieron con el tiempo, quedando únicamente el bachillerato diurno.

En el año 1978 se crea la dependencia de Bienestar Institucional, con el fin de prestar un mejor servicio a los educandos en los aspectos de psico-orientación, ayudas económicas y recreación. Con el propósito de reducir costos educativos se suprimen los textos de estudio, los cuales son reemplazados por las guías de estudio elaboradas por el profesorado en los diferentes departamentos. Otro hecho a resaltar fue la creación del Departamento de Sistemas que presta servicio tanto a la Institución como a otros establecimientos; se crea y tecnifica el Departamento de Ayudas Educativas y el de Publicaciones que también prestan servicios a otros establecimientos y entidades.

Nuestra institución

Prestar un servicio educativo mediante el desarrollo del Proyecto Educativo Católico Esperancista, que ofrece procesos formativos integrales, para dar respuesta a las necesidades y exigencias de un mundo cambiante y necesitado de hombres y mujeres comprometidos con la vida y su entorno. 

En el año 2025 tendremos reconocimiento por ser una Institución Educativa generadora de una propuesta de formación fundamentada en procesos de investigación, el fortalecimiento de una segunda lengua y procesos lecto-escritores encaminados a un mejor posicionamiento institucional a nivel regional. 

La filosofía que da sentido a la organización está fundamentada en:

  • El pensamiento cristiano de la vida
  • La dignidad humana
  • Proyecto personal de vida
  • El hacer histórico, axiológico y científico
  • La visión del futuro, propio de la virtud de la esperanza. 

De la anterior articulación con otras ciencias de la pedagogía como educación, administración, catequética, etc., debe concluir una respuesta suficientemente lúcida y clara a “la concepción integral de la persona humana, su dignidad, sus derechos y sus deberes”. 

Las cuatro grandes dimensiones del ser humano, el yo, el otro, el mundo y Dios, se traducen en cuatro grandes valores, como son: la autoestima, la solidaridad, la ecología y la espiritualidad católica que, desarrollados armónicamente, conducen a formar un esperancista más comprometido en la construcción de la sociedad actual con valores humanos, sociales y cristianos. 

Para el Instituto Parroquial Jesús de la Buena Esperanza del Municipio de Bello, lo anterior constituye un reto, una tarea permanente; se traduce en un mejoramiento continuo el sostener, enriquecer, animar y fortalecer un Proyecto Educativo Institucional Católico Esperancista (PEICE), donde la oferta de la educación de calidad y ética ciudadana responda en forma oportuna y eficiente a las necesidades del hombre actual, a una Iglesia Católica más comprometida y a una sociedad del momento que avanza en medio de dificultades. 

  • Esperanza:
    Como el eje que permite a la persona superarse continuamente y que se evidencia en su forma serena y tranquila de vivir.
  • Responsabilidad:
    Como respuesta de la libertad del hombre en el cumplimiento de sus deberes.
  • Espiritualidad:
    Como manifestación del hombre en Dios y elemento fundamental para su trascendencia.
  • Solidaridad:
    Relación de fraternidad, camaradería que ata a las personas de una comunidad con interés común, de ayuda mutua y respeto por la persona.

Fundador

Pbro. Carlos Gustavo Pérez Mejía

Nació en Sonsón, Antioquia el 1 de abril de 1918; hijo de Buenaventura Pérez y Marcelina Mejía. Fue bautizado en Sonsón el 1 de abril de 1918 y, confirmado en el mismo municipio, el 27 de abril de 1919. Murió en la ciudad de Medellín 23 de Julio de 1976.

Ingresó al Seminario Conciliar de Medellín y recibió progresivamente las siguientes órdenes menores: